Recuerdo de infancia
Un pájaro se detuvo
un instante en el vasto cielo
de aquel remoto verano,
como un pequeño navío
en un mar imperturbable
Tan lejos él.
Tan ajeno a mis flacas piernas ,
a las noches de luna y lobos,
a la hierba, los muros y las ruinas,
a los monstruos y a los humanos.
Tan lejos yo,
del calibre de sus magnas alas
de su paisaje sin nombres ni números;
de su árbol, su nido y su arroyo,
su naturaleza y sus misterios.
Pero las agujas del reloj
a las doce y diez nos expulsaron
de aquel domingo de agosto,
y solo quedaron nuestras sombras
eternamente solas, cautivas
de aquel majestuoso universo
que desde su fría divinidad,
suavemente nos ignoraba.
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