miércoles, 1 de abril de 2020

Madrugada



Las horas se aferran al pecho
como las raíces a la tierra.
Ahondan su hambre de siglos
en la soledad de la noche.
El dolor de la aurora,
las piernas de hielo,
las sábanas de escarcha.
Amanece y canta el gallo
La vida ya vuelve, mi amor,
La vida. Ah la vida
con su gracioso contoneo,
nos pasa dulcemente
bajo los alegres ventanas
y solo deja a su paso
astillas secas,
cristales rotos.

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